Grazalema

Grazalema

Grazalema es un municipio español de la provincia de Cádiz, Andalucía. En el año 2008 contaba con 2.227 habitantes, más los que variablemente acuden como turistas. Su extensión superficial es de 121 km² y tiene una densidad de 18,19 hab/km². Sus coordenadas geográficas son 36º 46' N, 5º 22' O. Cabe destacar que en este municipio se registran más de 1.962 mm de precipitación al año,1 un valor más que destacable para una zona de clima mediterráneo. Se encuentra situado a una altitud de 812 metros, en la carretera que une Arcos de la Frontera con Ronda (en la provincia de Málaga), a los pies de la Sierra del Pinar, dentro del Parque Natural Sierra de Grazalema y a 142 kilómetros de la capital de provincia, Cádiz. Benamahoma es una pedanía de Grazalema.

Historia

En Grazalema y sus inmediaciones se han encontrado restos arqueológicos indicadores de una cierta actividad humana durante la prehistoria. Sin embargo y a pesar de los vestigios de varias culturas anteriores, el prólogo histórico del lugar hay que fecharlo en tiempos de la colonización romana del Mediterráneo. Con las legiones de Escipión brotó la villa de Lacilbula en la loma del Clavijo; el nombre de esa población se vincula a la antigua denominación del Guadalete, río Cilbus, y era un recinto fortificado a cuyo alrededor se ubicaron casas residenciales.

Sus orígenes son árabes, tal y como muestra su primogénito nombre, Gran Zulema, de donde proviene el actual. En 1485 fue conquistada por el duque de Arcos. Tomó un gran auge económico a partir del siglo XVII gracias a la industria de pañería que producía la famosa manta de Grazalema.

Sus actividades tradicionales son las agropecuarias, que van siendo progresivamente abandonadas por su escasa rentabilidad, habiendo sido compensadas en gran medida por el auge del turismo, vinculado a la declaración del Parque Natural Sierra de Grazalema.

Una curiosidad es que Grazalema es el municipio más lluvioso de Andalucía y de la mitad sur peninsular (el pluviómetro de Grazalema recoge 1.962 mm de precipitación media anual). Siendo el valor máximo en un año a nivel nacional el recogido en Grazalema en 1963, 4.343 mm

Historia del toro de cuerda de Grazalema

En Grazalema, quizás con más razón, porque durante muchos años el sector ganadero ocupó un importante espacio en la economía local terciaria y de subsistencia, así como por la importancia de estos acontecimientos culturales de vinculación territorial y nacional, se le da especial relevancia a esta celebración, que según historiadores es el pueblo donde se celebra la fiesta del toro enmaromado mas antigua de España. Sobre los toros y su fiesta se ha escrito mucho pero como en otras cosas y debido a su antigüedad milenaria no se define el elemento genérico que generó en esta especie maravillosa, cuyo hábitat fundamental está en la península ibérica, que ya con anterioridad a la época de dominio romano aparecen grabados y escrituras que acreditan actos rituales y festivos en relación al toro de cuerda de Grazalema. En nuestro pueblo aparecen desigualmente datos de hace cuatro siglos y posteriores a la reconquista, de que se practicaban festejos de carácter taurino en el municipio y dehesa del Duque de Arcos, pero cuando nos situamos a principios del siglo XVIII nos llegan datos muy fehacientes y concretos de acontecimientos que se desarrollaban en la villa con ganaderos y reses bravas. Todo ocurría cuando en estas fechas la parte superior de Grazalema estaba casi despoblada de casas y solo coronaba este barrio el Convento de Carmelitas a Iglesia de San José; a su alrededor chozas, corrales, toriles y el mismo huerto. En las inmediaciones de lo que hoy es la calle Sevilla existía un árbol que describen como un fresno y a su pie una fuente que servía de abrevadero para el ganado de todas las especies, así como para el riego del huerto de los Carmelitas. A finales de mayo y con el fin de reservar para el invierno los pastos disponibles de la sierra al ganado, los colonos ganaderos de la comarca desplazaban sus reses a la campiña a través del corredor de El Boyar para aprovechar la abundancia de forraje de las llanuras de Arcos con sus ganados, en algo que ellos llamaban el “Agostadero”, y los que no pastaban perdían valor en las concentraciones comerciales o Ferias de ganado. A su regreso, a mediados de verano, coincidían con las Fiestas en honor de la Virgen del Carmen, cuyo evento festivo les proporcionaba un descanso y el momento para distribuir, señalar y herrar el ganado, así como disfrutar en un tabanco del mosto y el buen solera del lugar. El herradero del ganado vacuno de cría salió la afición al toreo y revolcones de los qu e los jóvenes y expertos disfrutaban y presumían en esta época, coincidiendo con la velada festiva. La revolución industrial, la sustitución de las tradicionales chozas por casas más o menos confortables, alejó en décadas posteriores esta actividad del pueblo que se daba en el entorno del Convento y de la Villa, dando paso a que todos los años se torearan vaquillas o reses atadas con una cuerda por las calles o en los herraderos que quedaban. De aquí ya el protagonismo y la intervención de los monjes cuyos datos conocemos y publicamos de nuevo, de recopilación de los libros de Ginés Serrán Pagán, Julián A. Pitt Rivers (datos antropológicos) y los datos que se han obtenido por la Delegación de Cultura de nuestro Ayuntamiento.

Paseo de la fuente, s/n 11688 Zahara de la Sierra · Cádiz
info@alojamientoruralcadiz.com

 

Olga Galván Atienza ha recibido una ayuda de la Unión Europea con cargo al Programa Operativo FEDER de Andalucía 2014-2020, financiada como parte de la respuesta de la Unión a la pandemia de COVID-19 (REACT-UE), para compensar el sobrecoste energético de gas natural y/o electricidad a pymes y autónomos especialmente afectados por el incremento de los precios del gas natural y la electricidad provocados por el impacto de la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania."